miércoles, 17 de febrero de 2010

LUZoscuridad.

No me fío de los tíos con traje, ni de la educación.

No me refiero al respeto, sinó al protocolo de la educación. No me creo a la gente que busca y rebusca las palabras para que suenen mejor. Ni a la que se echa las manos a la cabeza al escuchar un taco.
No soporto a los que rezan para quitarse las culpas de encima. Ni los que creen rotundamente algo que nadie sabe.
Rebentaría a los que van tachando de raros a los demás y lucen tanta normalidad, que hace sospechar. Me dan ganas de cometer un homicidio cuando se esconde una obligación detrás de una opción.
Me dan pena las que siempre llevan la manicura francesa impoluta. Y los que dicen que lo suyo es suyo y de nadie más.
Me repugnan aquellos que todavía no entienden que las personas no tenemos dueño.
Y eliminaría toda tradición absurda que incluyera al borreguismo de muchos.
No me gustan los adornos en las palabras, pero tampoco la vulgaridad. Podría matar a los que hacen de todo un circo y a los que nunca sonríen. Me repugna el dinero, pero aún más su importancia. Asesinaría al poder cruelmente y al sentimiento de superioridad.
Extinguiría al odio y pondría al amor por encima de todo.



PERO me gusta pensar que
 NO HAY LUZ SIN OSCURIDAD

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